miércoles, 30 de octubre de 2013

EL MUSEO CONTEMPORÁNEO
Ideas principales


En primer lugar, antes de establecer una definición de las características básicas que fundamentan al museo del siglo XVIII-XX, hemos de partir de un análisis de fondo del contexto en el que éste nace. Comenzamos pues por las consecuencias que desencadena la Revolución Francesa y su impacto en la institución museística, dando lugar a una concepción totalmente nueva de Museo en relación a la nueva realidad social y política, y ligado a su vez a la nueva noción de Patrimonio, que en este escrito no analizaremos más que en su vinculación al Museo. 
Como creación del finales del XVIII, el Museo contemporáneo rompe con sus predecesores, los tesoros o las cámaras de las maravillas, tal como se expone de manera ejemplar en el texto de Philip Bloom “El coleccionismo apasionado” donde se destaca el afán antropológico de reunir todo aquello que quedaba fuera de lo común, lo extraordinario.


De éstas cámaras de las maravillas y los tesoros principescos quizás conserve se conserve en el museo un rasgo, aunque leve, y es el orden, el sistema de clasificación establecida en las colecciones, una característica inmanente al concepto de museo. Hemos pues aquí la primera característica del museo, un espacio contenedor en el cual lo comprendido, sea cual sea su naturaleza, se somete a un principio de disposición u orden.

Este sistema de clasificación responde al nuevo concepto del museo como espacio de estudio, de erudición, un afán pedagógico nuevo que pretende poner a disposición del pueblo, el público el conocimiento que alberga. Esta idea responde a la afirmación de Schlosser de que en el museo contemporáneo es esencial la accesibilidad intelectual. El acceso a las colecciones ya no es de una minoría privilegiada, con la Revolución Francesa el conocimiento se pone a disposición de la población con una doble función, principalmente didáctica pero íntimamente relacionada con la política. Me explico, se pretende el museo como un emblema de la nación, como un espacio de representación nacional, he aquí la implicación política del Museo Contemporáneo.

Como consiguiente, la siguiente cuestión a tratar es la referida a qué es lo que alberga el Museo Contemporáneo. No cabe duda que en este tema sigue siendo fortísima la vinculación con el pasado de la institución, con el afán enciclopédico que induce a abarcar en un mismo espacio todas las épocas y todas las artes, algo que hoy día asociamos a globalización.

Es en este momento cuando hemos de analizar el concepto de Patrimonio, idea que nace también a raíz de la Revolución Francesa ante la masiva destrucción de monumentos y que está en continua evolución y ampliación, llegando a nuestros días al denominado concepto de “patrimonio inmaterial”. En cualquier caso, patrimonio es cualquier elemento que se considera digno de admiración y que como consecuencia ha de ser conservado. Es pues obvia la relación entre admiración y belleza en este punto, determinando por lo tanto otra de las ideas fundamentales del Museo Contemporáneo como el lugar depositario de la belleza. Se justifica con ello la etimología de Museo1 como “lugar donde habitan las musas”.

Esta correspondencia entre la belleza y el patrimonio, que remitiéndonos al enciclopedismo del XVI hace que abarque todas las épocas y el compendio de las artes, hace que se pueda presentar el Museo contemporáneo como depositario de la experiencia del pasado, del tiempo. Es inherente la vinculación de esta idea con la nueva consciencia de la Historia, del historicismo, y el valor del pasado que impera en el siglo XIX, de ahí que se considere la época dorada de los museos. Es ahora cuando el museo se configura como un lugar de reunión para la contemplación de las obras de arte. Nace también en este momento el museo como un evento, un espectáculo, cuya concurrencia en ese marco cronológico puede asimilarse a la del teatro.

Llegados a este punto, veo obligada la reflexión sobre lo expuesto para concluir mi discurso sobre nuevo concepto de museo. Así pues, podemos resumir las ideas principales del Museo Contemporáneo, como aquel que nace a finales del siglo XVIII y llega hasta el XX cuando comienza la crisis de la institución en:
  • Un espacio contenedor cuyo contenido se somete a un sistema de clasificación determinado.
  • Un depósito de lo bello, lo que es digno de conservar.
  • Un lugar de estudio, de erudición no restringido, sino abierto a la población.
  • Espacio de la memoria del pasado.
  • Un lugar de representación nacional, de ahí que se entienda como su visita como ritual de civilización.



1Museo, del Latín museum, que a su vez proviene del Griego μουσεïον (mouseion), que significa “la casa de las musas”.


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