viernes, 22 de febrero de 2013

Emperadores disfrazados: Memoria del XX Seminario de Arqueología

Hoy quería compartir con vosotros algunas de las ideas que expuestas en el XX Seminario de Arqueología Clásica, celebrado el pasado mes de Diciembre en la Universidad Complutense de Madrid y al que tuve la suerte de asistir. En concreto, me gustaría centrarme en la intervención que hizo el Dr. José Ramón Pérez-Accino titulada Cabezas de halcón y emperadores disfrazados: el poder romano en los monumentos de Egipto, en la que se exponía la problemática de la representación de los emperadores romanos "a la manera egipcia" en todo el territorio egipcio.  

En primer lugar, para los no iniciados en el tema, hemos de tener en cuenta el proceso de expansión del Imperio Romano, añadiendo territorios a veces muy lejanos desde el punto de vista tanto territorial como cultural. Por ello, una de las principales fórmulas de la romanización fue dotar a éstos lugares de infraestructuras propias de una ciudad romana (me refiero aquí a termas, acueductos, foro etc.) además de representaciones de los emperadores, ya no solo como imagen del gobernante, sino también como centro del culto imperial. Éstas representaciones oficiales de los emperadores se llevaban a cabo siguiendo un modelo prefijado que se repetía en las diferentes provincias del imperio.  

Sin embargo, en el ámbito egipcio esta regla no se cumple, encontrándonos representaciones de los emperadores vestidos como faraones egipcios, portando incluso sus atributos, algo impensable en cualquier otra provincia. Aunque en principio la justificación podría encontrarse en una suerte de homenaje a dicha tradición cultural, lo cierto es que los romanos estaban más bien lejos de estas consideraciones. 

Para comprender el motivo hemos de tener en cuenta la escritura jeroglífica y su sistema de representación de conceptos. Si se analizan desde este punto de vista las representaciones de los emperadores como faraones, una imagen que parece estar fuera de lugar en principio, en realidad está más que justificada ya que pertenece al mismo texto, es una más de las palabras sin la cual el resto del contenido pierde sentido.  
De este modo, imagen y texto mantienen una relación indisoluble en la cultura egipcia que como vemos se mantiene viva incluso durante la dominación romana. 

Partiendo de ésta base, no serían tolerables interpretaciones de tipo estético en las que no se tuviera en cuenta este precepto, estarían incompletas e incluso podrían inducir a error.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario